Los planes de pensiones son productos financieros específicos para ahorrar de cara a la jubilación. Debemos de tener en cuenta, que es muy importante el ahorro privado para cubrir las necesidades financieras que tenemos cuando ya no estemos en edad de trabajar y sobre todo teniendo en cuenta que estamos en un momento en el que el envejecimiento de la población en España, unido a la crisis económica que ha sufrido nuestro país en estos últimos años, han provocado que las arcas de la Seguridad Social se encuentren en una situación realmente alarmante.
Como medio de incentivar el ahorro privado, las aportaciones de dinero que se efectúan en estos productos permiten pagar menos importe en nuestro IRPF. Estas reducen de forma directa la base imponible del IRPF de cada contribuyente. Así por ejemplo, si tu base imponible es de 30.000 euros y aportas 7.000 al plan, esta se queda en 23.000 euros. Por ese motivo, es en este momento del año, una fecha señalada para determinar cuánto aporto o no a mi plan, en función de todos los rendimientos que tenido a lo largo del año que integran la llamada base imponible general en el IRPF (Rentas del trabajo, alquileres, actividades profesionales, imputaciones de renta de bienes inmuebles).
Desde el punto de vista financiero-fiscal, no para todo contribuyente es bueno aportar a un plan de pensiones. Esto es debido a que el momento de rescatarlo tiene una alta tributación (al ser considerado como rendimiento del trabajo el importe obtenido en el momento del rescate). Con lo cual, en algunos casos pagar menos impuestos ahora por las aportaciones a mi plan, puede suponer pagar más en el futuro.
En términos generales, ahorrar con planes de pensiones solo es fiscalmente rentable para contribuyentes con ingresos en torno a 60.000 euros anuales; es decir aportar a un plan de pensiones solo interesa fiscalmente a quien tenga ahora un tipo marginal en su IRPF muy elevado y que con sus aportaciones consiga reducirlo a la hora del rescate.
Por otro lado, hay que analizar detalladamente la situación financiera de cada persona, ya que no es recomendable aportar a planes de pensiones si tienes otros activos financieros líquidos, puesto que además hay grandes incógnitas sobre cómo estará la fiscalidad de este tipo de productos financieros en los próximos diez años.
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